Falleció Miguel Ángel Russo, un emblema que vivió por y para la pelota

El fútbol argentino y sudamericano está de luto. Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más emblemáticos y queridos del continente, falleció este lunes a los 69 años, luego de enfrentar con admirable entereza una enfermedad que lo acompañó durante sus últimos años. Su muerte deja un profundo vacío en Boca Juniors, el club donde vivió sus momentos más gloriosos, pero también en cada institución por la que pasó dejando una huella imborrable.

Había regresado a mediados de este año para iniciar su tercera etapa como entrenador del Xeneize, club con el que conquistó la Copa Libertadores en 2007. Su último partido al mando fue el empate 2-2 ante Central Córdoba, el 21 de septiembre. Desde entonces, su estado de salud se fue deteriorando, obligándolo a internaciones intermitentes, primero en clínicas y finalmente en su domicilio. El 6 de octubre, Boca comunicó oficialmente que el DT se encontraba con “pronóstico reservado”.

La noticia impactó a todo el mundo del fútbol, donde Miguel no solo fue respetado por sus logros —12 títulos como entrenador en Argentina y el exterior—, sino también por su templanza, humanidad y compromiso con el deporte.

Desde 2017, cuando le detectaron cáncer de vejiga y un tumor en la próstata mientras dirigía a Millonarios de Colombia, Russo luchó con coraje. No dejó de trabajar: ganó dos títulos en el país cafetero durante su tratamiento y continuó su carrera en clubes como Alianza Lima, Cerro Porteño, San Lorenzo y Rosario Central. En Boca, volvió en diciembre de 2019 por pedido de Juan Román Riquelme y condujo al equipo a conquistar la Superliga 19/20 y la Copa Diego Maradona. Su última gran misión fue liderar al club en el reciente Mundial de Clubes, donde el equipo dejó buenas sensaciones ante gigantes como Benfica y Bayern Múnich.

Más allá de los resultados, Russo fue sinónimo de entereza. A pesar de recaídas, infecciones y tratamientos complejos, jamás se alejó del fútbol. “No le tuve miedo a la muerte”, había dicho en una entrevista. “Siempre pensé en vivir, en que me faltaba mucho por hacer”. Esa frase, tan suya, condensa la esencia de un hombre que entendió el fútbol como una forma de vida.

Nacido en Lanús en 1956, fue un símbolo de Estudiantes de La Plata como jugador, donde disputó más de 400 partidos. Luego, como DT, forjó una trayectoria ejemplar con pasos por Vélez, Rosario Central, Racing, San Lorenzo y equipos del exterior, además de tres ciclos en Boca. Superó los 1.000 partidos dirigidos y construyó una carrera basada en la constancia y el respeto.

En el epílogo de su vida, Russo se mantuvo activo, transmitiendo su sabiduría y acompañando a los suyos incluso desde casa. Claudio Úbeda, su asistente en Boca, reveló que hasta sus últimos días siguió tomando decisiones y motivando al plantel. “Está al tanto de todo. Le dedicamos el triunfo ante Newell’s porque lo queremos y lo sentimos con nosotros”, declaró días atrás.

Miguel deja una familia futbolera, con su hijo Ignacio siguiendo sus pasos como jugador profesional, y una inmensa cantidad de colegas, hinchas y futbolistas que hoy lo despiden con dolor, pero también con gratitud.

Su historia, atravesada por desafíos, títulos y emociones, no será olvidada. Russo fue más que un técnico: fue un caballero del fútbol, un apasionado que resistió las tormentas con la pelota como refugio. El fútbol hoy lo llora, pero también lo honra. Porque pocos como él entendieron tanto el verdadero sentido de este juego.



Fuente: https://www.radioeme.com/2025/10/fallecio-miguel-angel-russo-un-emblema-que-vivio-por-y-para-la-pelota/

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